Tiene 32 años y vive en la región del Ñuble. Es artista visual, egresada de la Universidad de Concepción con especialidad en cerámica y fotografía. Vivió en Concepción durante cinco años, participando en la formación del colectivo ceramista Cono 04, el cual le permitió experimentar libremente con diferentes pastas, quemas en horno eléctrico y sus primeras quemas a fuego. Posteriormente viajó a Buenos Aires, Argentina. Allí estudió en la Escuela Municipal de Cerámica de Avellaneda. Cursó talleres sobre moldería en yeso, torno alfarero, modelado escultórico a mano y química. Con esa experiencia decidió volver a Chile, al campo de su infancia en Campanario, para hacer su propio taller y dedicarse de lleno al rubro.

Sobre creación: Actualmente vive en el campo junto a su familia, animales y mucha naturaleza. Tanto su casa taller, como sus piezas son de barro local y hechas a mano. Su  inspiración siempre ha sido su entorno, ya sea lo enorme, lejano y poderoso que puede ser un lugar, o lo macro y sutil que se puede mirar de cerca.

Su horno es estilo rocket de tiro directo, con ladrillos artesanales y adobe encontrado en la zona, donde quema las piezas y se produce la alquimia. Actualmente, trabaja con arcillas locales de la región del Bío Bío, modelando a mano objetos utilitarios y escultóricos únicos e irrepetibles. Su lenguaje es simple, con pequeños detalles que buscan resaltar el material y los colores que dibujan las llamas del fuego y las cáscaras deshidratadas dentro del horno. Las piezas que modela a mano y quema a fuego, poseen una temporalidad única y especial -conservando pequeños rasgos del proceso- con detalles sutiles y abstractos, llevan la firma de las lenguas de fuego de la cocción tradicional. Inspiradas en el reino fungi, el animal y el vegetal, salen formas y colores solos, fluyendo con el momento, olvidando el resultado, sin saber en qué se transformarán. 

Principales logros:

Al estudiar artes visuales tuvo que escoger una técnica para desarrollar sus proyectos, eligió la cerámica. En el tercer año tuvo su primera exposición, en Balmaceda Arte Joven de Concepción. El tema era acerca de tres ceramistas, de diferentes lugares de la región, que utilizaban distintas técnicas de construcción y quemado. Los visitó durante un mes aproximadamente, les pidió que le enseñaran a hacer una pieza de cerámica, que fue expuesta, y posteriormente reinterpretada en su forma, ligándose a su sentir y experiencia de cada viaje. Con esto, se dio cuenta de que podía fusionar las dos cosas que más disfrutaba; la cerámica y el viaje. Así también, comprendió que debía seguir moviéndose para crecer en conocimiento. Decidió entonces, irse a Argentina para seguir aprendiendo. Al volver a Chile, activó el colectivo Cono 04 de Concepción, con el que participó en variadas exposiciones: en la Biblioteca Viva del Mall del Trébol, Talcahuano; en la Biblioteca Municipal de Concepción; en Artistas del Acero de Concepción y Pabellón 83, de Lota. Posterior a esto viajó a Perú, al primer encuentro latinoamericano de ceramistas, en donde aprendió de variados artistas del barro, sus técnicas y cultura, el cual finalizó con una quema a leña. Luego realizó una exposición itinerante que terminó en la Biblioteca Oreste Montero de Yungay, retornando al lugar de origen. Actualmente, por medio del municipio imparte talleres gratuitos de cerámica básica en modelado a mano. También realiza clases personalizadas en su taller y abre cupos al momento de las quemas tradicionales a leña. Gracias a todo esto, es que la comunidad de la cerámica va creciendo en este territorio, ya que antes de su llegada este oficio estaba olvidado.

Manifiesto:

Me parece de suma importancia seguir expandiendo este oficio milenario, no sólo por el hecho de que sea parte de nuestras raíces y cultura ancestral, sino también por los variados procesos que vive una pieza de barro antes y después de convertirse en cerámica. Te obliga a seguir su propio ritmo, cediendo el control y expectativas de los resultados. Sobre todo hoy en día donde «lo inmediato» juega un rol primordial en la sociedad en que vivimos. La cerámica te invita a ser paciente, asombrarte, vivir errores y mucho aprendizaje y entendimiento en el proceso.